Yo no beberé tus lágrimas. No. Ni
ahora, ni mañana ni nunca. No masticaré tus penas ni tus delirios. No, yo no
beberé tus lágrimas. No esposaré tus fantasmas ni sanaré las cicatrices que te
dejó el pasado. No me contagiaré de esa inseguridad tan tuya que me mantiene
tan lejos. Yo no beberé tus lágrimas. No barreré cada uno de tus remordimientos
ni tampoco maquillaré tus ojos tristes que todavía ruegan serenidad. No
caminaré con tu respiración en mi nuca, no cocinaré tus temores ni seguiré
siendo una ficha más en tu tablero.
No volveré a beber tus lágrimas
ni a enterrar tus culpas, no lijaré tus fantasías oxidadas ni endulzaré mis
consejos como si fueras un chico. No, no dejaré que me sigas convirtiendo en el
blanco de tus reproches ni que me regales todas
tus ilusiones frustradas. Yo no beberé tus lágrimas. No volveré a escuchar
todas las palabras que callaste. No dormiré con el dolor que grita a través de
tu mirada ni encenderé la luz para terminar con tus pesadillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario